top of page
Buscar

De Sicilia a Argentina:La historia de Mary!


Mary con su mamá Concetta approx.en el año 1947 poco antes de viajar a Argentina
Mary con su mamá Concetta approx.en el año 1947 poco antes de viajar a Argentina

"Li ciuri su beddi" – ¡me saluda Mary en dialecto siciliano!Es un día soleado de otoño en Buenos Aires y Mary está en el jardín de su casa, esperando mi llamada desde Alemania. Quiero hacerle una entrevista sobre la historia de su familia, que emigró de Sicilia a Argentina.“Las flores son bellas”, me explica en castellano, y ya se nota que los lazos con Sicilia siguen intactos. Nos conocemos desde hace diez años, desde cuando yo estudiaba en Buenos Aires, y estoy muy feliz de que haya compartido conmigo su experiencia personal.Mary nació en Palermo, Sicilia, y cuando tenía solo cinco años su familia dejó Italia. Como muchas familias sicilianas e italianas, la familia Lombardo Agliano también emigró después de la Segunda Guerra Mundial en busca de una nueva y próspera vida en el extranjero.


En Argentina ya se había formado una comunidad italiana desde la primera ola migratoria, a fines del siglo XIX, por lo que era un país muy deseado por muchos italianos.Como nos contará Mary, el destino de su familia —como el de tantos italianos— estuvo marcado por la perspectiva de comenzar una nueva vida, por el dolor de la falta de la familia, y por la Esperanza de, tal vez,  profundo de algún día regresar a la propria tierra.


LA EMIGRACIÓN


Gracias, Mary, por tomarte el tiempo para hablar conmigo sobre tu historia personal. Cuéntame un poco, ¿cómo fue que tu familia vino a Argentina?

Mary: Gracias, Katha. Me alegra que me hayas llamado para saber más de mi historia. Cuando me preguntaste si quería hablar de esto, lo pensé y dije que sí, porque es lindo para mí también revivir todos estos recuerdos. Mi papá estaba en el ejército cuando empezó la Segunda Guerra Mundial, así que tuvo que servir durante toda la guerra. Yo nací el 10/09/1943, en plena guerra. Cuando terminó, se hablaba mucho de una Tercera Guerra Mundial, lo que asustaba mucho a mi papá. Además, como ya teníamos parientes en Argentina, mis padres decidieron dejar Sicilia. Al principio, se fue mi papá solo a Tucumán, donde ya conocíamos gente, trabajó dos años, juntó el dinero y luego nos hizo venir a mi mamá y a mí. Tucumán en aquella época era una provincia muy rica por el cultivo de la caña de azúcar, por lo que atraía a mucha gente de afuera para trabajar. Sabes que si trabajabas en esa época podías tener tu casa, tu vida. Con este optimismo se fueron tantas personas de Italia y así recuerdo esa época.


¿Cómo fue la despedida de Sicilia y el viaje a Argentina?

Mary:Para mi mamá, dejar Sicilia fue muy doloroso. Cuando te ibas de tu país no sabías si volverías ni dónde estarías ni qué encontrarías allá.

Yo no recuerdo mucho la despedida, pero sí recuerdo que no quería dejar a mi abuelo, porque lo quería mucho. Lamentablemente, él murió tres meses después de que emigramos, por la tristeza.

Con mi mamá tomamos el barco desde Palermo, donde vivíamos, a Nápoles y después a Génova. Génova y Nápoles eran los principales puertos desde donde salían los barcos de emigrantes. Desde Génova salimos de Italia hacia Buenos Aires. El viaje duró 18 días en el mar, más un día en cada escala que hicimos. Paramos en Las Palmas, Río de Janeiro, Santos en Brasil y luego en Montevideo antes de llegar a Buenos Aires el 29/9/1948. Te puedo decir que el viaje no fue muy placentero, por ejemplo, viajamos en tercera clase, dormíamos en cabinas con camas literas. A mí me tocó dormir en la cama de arriba, menos mal, porque cuando había mal tiempo la gente vomitaba. Viajamos en un barco que era hecho para el transporte de carga y personas, llamado Paolo Toscanelli. De hecho, mi marido lo buscó en internet uno de estos días que estábamos haciendo la entrevista y vimos que yo viajé en el primer viaje del barco a Buenos Aires y que fue desmantelado en 1973. Un recuerdo lindo que tengo es que cuando llegamos a Las Palmas, mi mamá me compró una muñeca que parecía de porcelana. Así que cuando llegué a Tucumán, tenía una muñeca muy envidiada (ya sabes cómo pueden ser los niños—risas).


El barco "Paolo Toscanelli" con el que llegó Mary con su mamá a la Argentina
El barco "Paolo Toscanelli" con el que llegó Mary con su mamá a la Argentina

¿Es verdad que “argentinizaron” tu nombre cuando llegaron a Argentina?

Mary: ¡Sí! Yo soy María Concetta, pero todos me dicen Mary. Cuando llegamos a Argentina me pusieron la versión española de Concetta, que sería Concepción. No sabes cuánto odié ese nombre. En Sicilia Concetta es un nombre muy común, pero Concepción en Argentina no se usaba, así que para mí fue un poco raro.


UNA NUEVA VIDA EN ARGENTINA


Una vez en Tucumán, ¿cómo se desarrolló la vida? ¿Qué hacían tus padres?

Mary: Hoy en día puede sonar raro, pero mi padre, cuando llegó a Argentina, hizo el veterinario. ¡Pero no lo era! No sé dónde encontró libros de veterinaria en Italia, pero los trajo en el viaje. Estudió esos libros y después trabajó en el campo con caballos. Imagínate que en aquella época no había muchas cosas. No era común tener un veterinario ni otros servicios a los que estamos acostumbrados hoy. Así que por un tiempo le fue bien, trabajó dos años y con el dinero que juntó nos hizo venir a mi mamá y a mí.

Viajamos con el acordeón de mi papá, que era muy especial porque era un acordeón de teatro. En el teatro de Tucumán les faltaba uno, y así mi papá lo pudo vender; con ese dinero compró el terreno donde construyeron nuestra casa. Después de un tiempo nació mi hermana Rosa Ana y mis papás abrieron un negocio de mercería. Con eso nos fue muy bien. La gente todavía sabía coser.

Pero para mi mamá fue muy difícil adaptarse a la nueva vida en Argentina. Ella estaba acostumbrada al mar de Sicilia. Aquí no conocía a nadie. No le gustaron mucho el clima, la gente ni la comida. Al principio no teníamos ni harina. En aquella época el gobierno argentino mandaba toda la harina a Europa, tanta que no sobraba para la gente en Argentina. Así que nosotros teníamos la cáscara del trigo y con eso hacíamos el pan. Te cuento una anécdota: cuando llegamos había una plaga de langostas. Estaban por todos lados. No podías plantar nada porque se lo comían. Recuerdo los aviones que pasaban a fumigar. Antes de entender cuánto era un problema la plaga de langostas, mi mamá me dijo: “Llueve con sol”. Pero no era lluvia, eran langostas en el techo de la casa. Imaginate mi mama que no era muy contenta al comienzo solía decir “ que país raro”: Creo que la despedida de Sicilia tal vez no la superó jamás. Pero mi mamá sacaba adelante a la familia cosiendo. Trabajaba para una familia italiana adinerada que era mayorista en el mercado de frutas y cosía para ellos. Así que siempre nos traían cajas con verduras y comida.


El papá de Mary, Salvatore, a la izquierda con el famoso acordeón que vendió al Teatro de Tucumán
El papá de Mary, Salvatore, a la izquierda con el famoso acordeón que vendió al Teatro de Tucumán

¿Qué papel jugaba la cocina italiana en tu casa?

Mary: 

¡Era muy importante! Mi mamá hacía la pasta a mano (después se compró una máquina para pastas), las salsas y también el panettone para Navidad, muy importante para los italianos. En aquel entonces todos hacían la schiacchiata, una masa aplastada en la que podías poner lo que quisieras; digamos que era como una focaccia. Se hacía en el horno y era muy buena. En aquella época hacíamos las compras en el almacén del barrio.

Comprabas solo lo que necesitabas y en las cantidades que te hacían falta. El pollero pasaba con las gallinas vivas y tú elegías la que querías. Obviamente no era como hoy. Seguramente en aquella época no se producía la cantidad de basura que temenos hoy en las casa por todos los envase. Además, recuerdo muy bien el sabor de la leche, que cuando abrías la botella de vidrio que traía el lechero, encontrabas un poco de manteca. Nada que ver con el sabor de hoy.

Pero el trabajo más lindo para nosotras, que éramos jovencitas, era ayudar a mamá a hacer el panettone de Navidad. Ella, como regalo, regalaba pequeños panettones a sus amigas que ella misma hacía.

¿Sabes cómo lo hacía? En aquel entonces el aceite venía en latas de 5 litros. Estas latas se juntaban durante el año y al final del año se cortaban y se usaba la base de la lata como recipiente para los panettones. Nosotras engrasábamos la lata, poníamos la harina, mamá hacía la masa y ponía las frutas secas. Así salían unos 40 panettones; era mucho trabajo, pero nos gustaba mucho ayudar a mamá y es un recuerdo que conservo con cariño.


VOLVER A ITALIA?


¿Cuándo fue la primera vez que volviste a Italia?

Mary: Cuando tenía 18 años. Mis papás querían que me buscara un marido (risas).


¿Así que estuviste con tu familia en Palermo?

Mary: ¡Pero no! Fui a Lido di Jesolo y trabajé en un hotel. Hice mi vida (lo dice con una gran sonrisa en el rostro). Mis familiares en Sicilia estaban preocupados porque no entendían bien que yo quería viajar y trabajar. Esa época me enseñó mucho, sobre todo a ser independiente y seguir mi camino. Mi mamá, aunque quería que me casara, escribió una carta a mi familia explicando que ya era mayor, que sabía lo que estaba haciendo y que no se preocuparan. 😊


Entonces, ¿al marido no lo encontraste en Italia?

Mary: No, lo encontré cuando volví a Argentina después de estar dos años en Italia. Él era alemán, no italiano. Me gustó Italia, pero no sentía que tenía un futuro allí. No me sentía en el lugar correcto. Así que cuando volví para Navidad y Año Nuevo a Argentina... poco después, en una fiesta de Carnaval, conocí a mi marido.


¿Cómo fue la convivencia entre dos familias con mentalidades distintas? Ustedes, sicilianos, y la familia alemana de tu marido.

Mary: Pensá que nosotros estábamos rodeados de sicilianos: el grupo de amigos, el barrio… Mi marido venía de una familia alemana-austriaca. En su casa hablaban alemán, y él, hasta que empezó la escuela, hablaba solo alemán. Hasta hoy lo habla mejor que el español. Pero no tuvimos problemas. He sido muy afortunada, no me puedo quejar (ríe).


LA SICILIA EN EL CORAZÓN


Hoy tus hijos son la tercera generación en Argentina. ¿Cómo se sienten ellos, y cómo te sentís vos? ¿Siciliana o argentina? Mary: Mis hijos, Ludovico y Leopoldo, se sienten argentinos; nacieron acá y no hablan italiano sino alemán. ¿Viste que no les puse nombres de la familia? Porque yo ya me llamo Concetta, como mi mamma, y mi hermana se llama Rosa Ana, como mi abuela y mi tía.

Pero yo me siento siempre sicula. La tierra tira, y después de todos estos años te adaptás al país donde estás… pero yo, en la cabeza y en el corazón, soy siciliana.

He tenido una buena vida en Argentina, a pesar de las dificultades del comienzo, pero te puedo decir que siempre sentí la ausencia de Sicilia como si algo siempre me faltara. No te lo puedo explicar mejor. Es una sensación que tuvo mi familia siempre… como un velo de tristeza.


Mary, en el centro con los novios, en el casamiento de su tía el 6 de julio 1947, un año antes de emigrar a la Argentina
Mary, en el centro con los novios, en el casamiento de su tía el 6 de julio 1947, un año antes de emigrar a la Argentina

¿Los lazos con Sicilia se mantuvieron siempre fuertes, no?

Mary: ¡SIEMPRE! Al principio, obviamente, se escribían cartas con la familia de allá. Tengo que ver si todavía tengo alguna y te la muestro. No era fácil viajar en aquella época como lo es hoy. Pero tenemos lazos fuertes. Hoy todavía tengo primos en Siracusa, y otros en Piacenza. Cuando voy a Europa, siempre me vienen a buscar y pasamos un tiempo todos juntos en Sicilia. En mi familia también se conservó el dialecto siciliano. Vos que estuviste en Calabria seguro entendiste el “Li ciuri su beddi” “I fiori sono belli” –las flores son bellas (ríe).


Sí, creo que alguna cosa puedo comprender del dialecto. En Calabria dipende donde estás, pero se dice una cosa como "i iuri su beddri"-así que muy parecido😊¿Cuándo estuviste la última vez en Sicilia?

Mary: Lamentablemente, este año no pude ir. Con 82 años ya me cuesta un poco tomar el avión, pero espero poder viajar el año que viene.


Grazie mille, Mary, por tu tiempo y por estar dispuesta a compartir esta historia. Yo me emocioné mucho al escucharla y al escribirla pero también al hacer la investigación sobre la emigración de los Italianos.


Gracias a vos, Katha! Mi historia es una de tantas pero me gustó contartela y revivir estos recuerdos!Espero la próxima vez nos veamos sea en Sicilia, Argentina o Alemania!

 

Tienen familiares de Italia o de otras partes del mundo que emigraron de su país? Dejenme sus comentarios!

 

 
 
 

Comentarios

Obtuvo 0 de 5 estrellas.
Aún no hay calificaciones

Agrega una calificación

maps made with mapchart.net

Aviso legal Protección de datos

© 2025 LeDueCalabrie. Creado con Wix.com

  • Facebook
  • Instagram
bottom of page